Técnicas de Doma
En la doma, el caballo necesita un LIDER, más que un amigo.
Cuando me llega el potro se lo estudia y revisa por un veterinario en donde la clínica debe estar en condiciones para comenzar el trabajo físico. Se le hace odontología y se controlan los aplomos. La morfología del potro y el temperamento es lo primero que chequeo para poder saber donde tengo que aplicar más profundo el trabajo.
Comienzo trabajando sólo de bozal, estudiando su nivel de recepción de la información y su estado de alerta y de reacción sobre diferentes trabajos con la cuerda y objetos varios.
En este momento de la doma es muy importante el AMANSE: tomarse el tiempo para realizar un buen amanse le va a servir para el resto de la vida del caballo.
Todo se basa en leer al caballo para saber cuándo dar el paso siguiente.
Seguimos con el aprendizaje de ceder a la presión y estudio su nivel de delicadeza. Trabajo en este tiempo solo al paso y al trote. Después colocamos mandil y cincha (sin montura) para que comiencen a sentir la presión en el lomo y a continuación va la embocadura (no trabajo sobre ella, solo la colocamos), montura y luego a dos riendas de abajo desde el bozal para trabajar flexión y frenar.
Continuamos haciendo lo mismo desde embocadura mientras comienzo a subir y bajar para que el caballo comience a sentir mi peso y mi energía. Con un ayudante realizo los primeros pasos montada dentro del corral redondo, siendo guiada por el mismo sin casi intervenir, solo al paso.
La pausa es la única manera de enseñarles lo que está bien hecho.
Cambiamos a trote, ya tomando las riendas y sólo utilizándolas para frenar, ayudándome con la voz, algo que aprendieron desde el inicio. El uso de la voz es muy útil para las órdenes y tranquilizar al caballo. Después sin la ayuda de la persona de abajo pero con su presencia, comenzamos a montar solos y así todo lo demás viene naturalmente. Arrancamos a flexionar desde arriba y al paso.
Creo que todo se basa en leer al caballo para saber cuándo dar el paso siguiente. Si no es el momento indicado, uno debe quedarse en la dificultad hasta solucionarlo. El poder solucionar algo que le cuesta lo hace más inteligente y con mucha más confianza en sí mismo.
No uso comida para premio, sólo una caricia y la pausa es suficiente para decirle que eso estuvo BIEN.
Al principio, en la monta las riendas se usan con mucho cuidado y delicadeza. Dejamos que el caballo comience a equilibrarse y soltarse con nuestro peso sobre ellos. Utilizo mucho el asiento y las piernas para manejarlo.
El contacto y la reunión vienen después, al igual que el galope.